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¡Pero el múcaro era muy vanidoso! Se sentía muy lindo con
su traje de plumas de distintos colores. Entonces se dedicó a
mirarse en los espejos del lugar.
¡Casi no gozó en la fi esta
pensando en que al
fi nalizar el baile tendría
que devolver las plumas
y, otra vez, se quedaría
desnudo. Muy hondo en
su corazón pensaba que
él tenía derecho a tan
bello plumaje. ¡Que ese
traje le pertenecía!
Decidido a no perder su traje,
el múcaro se fue de la fi esta
cuando nadie lo estaba
mirando. Entonces,
se escondió en el bosque.
¡Todavía los otros pájaros lo
andan buscando para que
devuelva las plumas!
Es por eso que el múcaro no
sale de día sino de noche,
cuando los demás pájaros
están durmiendo.
Ricardo Alegría (autor)
216 Unidad 4