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El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
– Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte
y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré
una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de
zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos
cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber
acabado con el problema. De detrás de un árbol grande
surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
– Cerditos, ¡me los voy a comer!
Unidad 2 111